Muchos pensarán que el papel que interpreta Jeff Bridges en la cinta resulta fácil de llevar a cabo, interpretar a un vago ("El tío más vago de Los Angeles"), a un tirado con problemas de alcohol y drogas, es el papel más fácil del mundo y no les quito la razón. Pero hacerlo como lo hace Jeff, tan real, tan serio, dándole los matices oportunos al personaje en cada nueva situación con la que le toca lidiar... no amigo, eso no lo hace cualquiera! En mi opinión, hemos visto a Jeff Bridges en la interpretación de su vida.
Sin duda, otra genial interpretación es la llevada a cabo por John Goodman, Walker en la cinta, espectacular de principio a fin. Walker es un veterano de guerra judío obsesionado con Vietnam, que aprovecha cualquier oportunidad para soltar algún discurso sobre la guerra, aunque no tenga nada que ver; y eso ¿Qué más da? Goodman consigue bordar el personaje haciéndolo verídico, tan real como la vida misma, al igual que Jeff.
La película más allá de ser una desternillante comedia, basada en un compendio de absurdas coincidencias y estrambóticos personajes, invita claramente a la reflexión sobre nuestra manera de vida y nuestras creencias sociales.
En definitiva, unos personajes muy reales y llenos de matices, diálogos muy elaborados y serios, todo ello bajo un clima de comedia que no busca la carcajada fácil ni mucho menos, hacen de la cinta la "extraña pero gran obra de arte" de los hermanos Coen. Imprescindible.
Buena reflexión amigo! Coincido en que los Coen tuvieron aquí un fantástico trabajo en el diseño de sus personajes. Sin duda una pelicula de referencia
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